Variedad de vinos para cocinar
Eva Pizarro
Sumiller en restaurante Fierro y formadora en Tandem Gastronómico.
Cuando hablamos de maridar o buscar el vino ideal para un plato, a veces, lo tenemos muy sencillo, integrar el vino que queremos beber en la receta de nuestro plato es perfecto! Muchas de las recetas cuentan con el vino como un ingrediente más.
Hoy te damos algunos consejos para que tus recetas queden perfectas:
- Los vinos blancos secos son perfectos para integrarlos en platos de pescado o carnes blancas. Piensa en unas almejas, berberechos o mejillones abiertos al vapor a los que le añadimos un poco de vino blanco en su cocción, nos van a aportar perfumes cítricos, y una acidez perfecta para estos productos. Prueba con vinos elaborados con uva Albariño de Rías Baixas.
Los vinos blancos con mucha acidez se puede utilizar como sustituto del limón, como en un cebiche.
También son perfectos para integrarlos en salsas, pescados blancos como la merluza o el lenguado, prueba a añadir un poco de vino blanco con algo de fermentación en barrica, como un chardonnay, verás como la salsa se beneficia de las notas de mantequilla, cítricos y madera que le aportan. Incluso con carnes blancas, como el pollo, son perfectos para su combinación

¿Cuáles son sus características?
- Los vinos de Jerez, finos y manzanillas, siempre han sido unos grandes aliados para ensalzar caldos y sopas suaves. Solo cabe recordar esas recetas de consomé en las que se añadían unas gotitas de fino para levantar los sabores. Los vinos de Jerez son vinos muy intensos, con mucho sabor, muchas veces identificado como salinidad, estas características van a hacer que al integrarlos en una receta nos aporten sabor, realcen los sabores del patos, casi casi actúan como la sal.
Son perfectos también para aliñar platos con vinagre, salpicones de marisco, cebiches, vinagretas… o para hacer adobos de pescado.
- Los vinos tintos son perfectos para cocinar carnes, nos permiten dar profundidad a salsas y complejidad guisos. Solo hay que pensar en recetas como el guiso de rabo de toro o unas carrilleras estofadas, para ver el protagonismo del vino en la receta.
En estos casos, donde buscamos fondos oscuros y concentrados, necesitamos vinos tintos con cuerpo, con crianza, los taninos y las notas ahumadas de la barrica aportan matices muy interesantes al plato.
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