Receta deliciosa de crema de espinacas con textura de bechamel, gratinada al horno cremosa, suave y con ese toque dorado irresistible.
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Si son frescas, hiérvelas 2–3 minutos en agua con sal. Escúrrelas muy bien y pícalas finas. (Si usas congeladas, descongélalas y escúrrelas igual.)
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En una sartén, derrite la mantequilla. Añade la harina y remueve 1–2 minutos (para que se cocine y no sepa a crudo). Ve añadiendo la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta que espese. Añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada
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Mezcla las espinacas con la bechamel. Si quieres una textura más fina, puedes pasar todo por la batidora. (Opcional: agrega un chorrito de nata o una cucharada de queso crema para que quede más untuosa.)
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Pasa la crema a una fuente apta para horno. Cubre con el queso rallado. Gratina a 200 °C durante 10–12 minutos, hasta que esté dorado y burbujeante.
300 gr de Espinacas
1 ud de Ajo
30 gr de Mantequilla
25 gr de Harina
80 gr de Queso rallado
400 ml de Leche (semi o entera)
1 ud de Sal, pimienta y nuez moscada
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