Mantener una cocina limpia no es solo cuestión de estética, sino también de higiene. Por su frecuencia de uso, la campana extractora es uno de los electrodomésticos que más debemos cuidar, puesto que nos ayuda eliminar humos y olores. Pero por este mismo motivo, suele acumular mucha suciedad. A continuación, te enseñamos a mantenerla limpia de forma rápida y eficaz.
¿Con qué frecuencia hay que limpiar la campana extractora?
Lo ideal para mantener limpia la campana extractora y, en general, cualquier electrodoméstico, es limpiarla tras cada cocinado. De este modo, ahorrarás mucho tiempo de trabajo, evitando una limpieza más profunda conforme pasa el tiempo. Además, tu cocina siempre lucirá impecable.
Para la limpieza “a fondo”, que supone desmontar y limpiar filtros y también su interior, se recomienda hacerlo cada dos meses aproximadamente.
Cómo limpiar las rejillas de la campana extractora
Limpiar los filtros de la campana, que suelen acumular bastante grasa, es sencillo. Podemos limpiarlos tanto en el lavavajillas, utilizando el programa de 65ºC, como en el fregadero, con agua caliente, un paño y detergente. Para mayor facilidad de limpieza, pon el filtro en remojo con un poco de jabón o desengrasante unas horas antes y usa una esponja suave para limpiar la malla. No uses nunca estropajos de aluminio ni productos abrasivos porque podrían dañarse.
Antes de volver a colocarlos, asegúrate de que los bordes internos y externos de la campana estén también limpios y libres de grasa.
¿Cómo limpiar la campana extractora por fuera?
Lo primero que debemos tener en cuenta es el material del que esté hecha nuestra campana. Si es de acero inoxidable, es importante usar un producto específico para este material y limpiar siempre en la misma dirección con una bayeta, así se consigue un aspecto brillante y evitamos dejar rayas.
Para las campanas de cristal, podemos usar un producto limpiacristales y una bayeta. Y si es de aluminio y/o plástico, podemos utilizar también limpiacristales o, simplemente, agua y jabón en un paño o en una esponja.
Para los elementos del mando mejor limpiarlos con un paño seco, sin utilizar ningún producto, la humedad puede dañarlos con facilidad.
Recuerda también desenchufar la campana para evitar los calambres y los cortocircuitos cuando limpies los elementos del mando.
