El uso de bayetas en la limpieza del hogar es imprescindible. Su alta capacidad de absorción de cualquier tipo de líquido las convierte en uno de los productos de limpieza más útiles. Presume de casa reluciente.
La teoría nos dice que empleamos una bayeta para cada tipo de uso: una para la limpieza del baño, otra para la limpieza de la cocina, y otras para la limpieza de diferentes superficies de la casa. Pero es posible que en la práctica se emplee una bayeta multiusos para varias zonas del hogar.
Las bayetas son productos textiles realmente prácticos, pero, en contrapartida, también acumulan gérmenes con facilidad provocando malos olores. Para evitarlo, lo más recomendable es emplear un desinfectante de textil sin lejía. Este producto elimina las bacterias causantes de los malos olores y, además, deja un agradable y duradero perfume, cuidando tus bayetas para asegurar su eficiencia y durabilidad.
Por lo tanto, asegurar que tu bayeta estará lista para el próximo uso sin cúmulo de gérmenes y malos olores es posible con un desinfectante de textil sin lejía. Pero, ¿cómo tienes que aplicarlo? Solo tienes que llenar parte del fregadero o un barreño con agua tibia. Introduce tu bayeta y déjala a remojo con un chorrito del producto desinfectante al menos 30 minutos. Después, escúrrela y tiéndela para que se seque. ¡Así de fácil!
Opciones alternativas.
Si además quieres mantener tus bayetas todavía más limpias, hay trucos que puedes aplicar puntualmente para su desinfección.
- Introdúcelas en el lavavajillas: ¡sí, has leído bien! Solo tienes que asegurarte de que no tengan contacto directo con la vajilla.
- Usa el microondas: su alta temperatura te ayudará a eliminar gran cantidad de bacterias en tan solo 2 – 3 minutos. Introdúcela en su interior bien escurrida.
- Lávalas en la lavadora: si vas a poner una lavadora con productos de limpieza u otras prendas que no sean tu ropa, puedes aprovechar para meter tus bayetas. Introdúcelas bien escurridas.
Mantener tus bayetas en buen estado y optimizar su uso es así de sencillo.
